Las artes marciales filipinas, conocidas como Kali, Arnis o
Eskrima, son famosas por su efectividad en el uso de armas, particularmente los
palos y las hojas (cuchillo, navaja, machete) razón por la cual ha sido
valorado por agencias de seguridad así como por cuerpos militares y policiales.
Del mismo modo muchas escuelas de artes marciales han incorporado de alguna
manera técnicas de palo y cuchillo procedentes de las artes marciales filipinas.
Sin embargo, esta especialización ha creado la falsa idea de que las artes
marciales filipinas no incluyen la pelea a manos libres. Una de las diferencias
del Kali con relación a otros estilos con armas, es que los movimientos con las
armas se pueden trasladar a las manos libres, siendo 100% aplicables:
Del mismo
modo existen los métodos de pelea a manos libres que complementan el estilo,
algunos de ellos:
Suntukan, Panantukan, Mano-Mano: El llamado boxeo “sucio” por su
particular parecido con el Boxeo occidental, más el uso de los codos, golpes a
mano abierta, dedos así como su falta de deportividad. Se basa en el uso del cuchillo.
Sikaran: las técnicas de pateo, varían entre escuelas
existiendo desde las más simples (en su
mayoría se dirigen a la zona media/baja) hasta las acrobáticas y de muy difícil
realización parecidas a las del Tae Kwon Do o Wushu.
Dumog: El grappling filipino, se especializa en palancas,
inmovilizaciones así como romper huesos. Contrario a lo que se pueda pensar, no
se especializa en técnicas en el piso, que si son conocidas y tratadas dado que
se busca poder defenderse con efectividad en toda distancia, pero en una pelea
en la calle el piso es el último lugar donde se debe estar.
Así dejamos claro que las artes marciales filipinas son
mucho más que un efectivo uso de armas, y que contrario a lo que algunas personas que las ven de modo superficial, no requieren de la integración de otro estilo a manos libres.